Ayer, como en un sueño, volvì a sentir la presencia de la miopìa que se supone ya no tengo.
Despedimos a un amigo, Joaquín, se va a Vallarta.
Bailó con toda su alma para todos los que fuimos invitados.
Nos ofreció amor, pasión, fuerza, rabia, deseo; toda la gama de esas deliciosas cosas que nos hacen ser más hermosos.
Pero después, salieron ellas, tan increìblemente ellas.
Un tacón afuera y podrían patearlas, escupirlas, humillarlas. Un tacón adentro y se vuelven estrellas, musas nostàlgicas de algún hombre indeciso, caja cobriza tapizada de lentejuelas, llena de dureza y fantasías.
Si...que mundo tan miope, yo soy un miope y ayer entre mi miopía y Celia Cruz y La Vero recordé que mi mundo se detiene en la punta de un alfiler y no conozco más allá de su cabeza de metal.
Que lindo ser diverso y ser valiente, que envidia.
Bienvenid@ al no-vacío
Gracias por entrar y estar dispuest@ a observar entre la oscuridad un poco de mi vida.
Éste es mi primer experimento para intervenir en el morbo de ser visto por los ojos desconocidos del mundo.Disfruta y comenta lo que quieras, eres libre.
sábado, 13 de octubre de 2007
Cuando juras que tu mundo no se limita a tu miopía...
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